Vino tinto de la “Tierra de Cádiz”. Desde hace más de cinco años barbadillo lleva trabajado con la ilusión y la certeza de que era posible elaborar un gran vino tinto en una región tradicionalmente productora de vinos blancos.

En colaboración con un grupo de asesores de burdeos, hemos trabajado los diversos aspectos agronómicos y enológicos, hasta llegar a este momento en el que presentamos con orgullo un vino pleno de virtudes organolépticas, capaz de sorprender a toda andalucía.

Retomamos así el espíritu innovador que llevó a bodegas barbadillo a revolucionar el panorama vitivinícola en 1.978 al lanzar el primer vino de la tierra de cádiz, castillo de san diego.

• Gibalbín es el 1er proyecto de gran magnitud de vino tinto de andalucía. Bodegas barbadillo impulsa este proyecto y da credibilidad a la posibilidad de elaborar vino tinto en una zona tradicionalmente productora de blancos.
• La uva para elaborar el vino está producida en viñedos propios. Más de 100 has. Han sido plantadas en nuestras viñas de santa lucía y gibalbín.
• Para elaborar el vino se utilizarán un coupage de las uvas: tempranillo, cabernet, syrah, merlot y tintilla de rota.
• La tintilla de rota es una uva autóctona y prácticamente extinta, que rescatamos para este proyecto. Desde el punto de vista enológico es una de las características diferenciales, que aportan tipicidad al proyecto
• Una planta de vinificación nueva, se ha construido específicamente para elaborar este vino con la última tecnología disponible aplicada a la vinificación . Se controla el proceso completo desde la uva al canal de distribución.
• Se trata de un vino compatible con el estilo de vida y gastronomía de andalucía:

bebible, ligero, afrutado y sabroso

• El proyecto tiene una gran relevancia sectorial al aportar vías de diversificación en una zona con amplios problemas de exceso de producción de uva.
• Se han firmado hasta la fecha 3 contratos con proveedores de uva, que reconvierten sus viñedos a plantaciones de uva tinta.
• Ha sido calificado por el cdti como “proyecto de desarrollo tecnológico”

Viticultura

La singularidad de gibalbín no gira exclusivamente en torno a su origen. La uva procede en su totalidad de las más de 100 has. Plantadas en nuestras viñas de santa lucía y gibalbín, situadas en las estribaciones noroccidentales de la sierra de cádiz.

En un importante esfuerzo de i+d, hemos adaptado a las peculiaridades climáticas y agronómicas de la zona algunas de las variedades de uva más representativas del país.

Así la tempranillo, cabernet, syrah y merlot, aclimatadas a las tierras de albariza y al régimen de lluvias y temperaturas de la sierra de cádiz, otorgan al vino un marcada personalidad.

A estas cuatro variedades de uva, sumamos la tintilla de rota una especie autóctona y prácticamente extinta, que barbadillo rescata para gibalbín. Lo que en principio supuso una idea casi romántica de recuperar antiguos usos enológicos de la región, con el paso de los años y según avanzaba el proyecto se reveló como la variedad que mayor singularidad y originalidad aportaba al vino.

Vinificación

Para extraer el máximo potencial de las uvas hemos construido una planta de vinificación que aplica la más moderna tecnología existente aplicada al vino.

Diseñada especialmente para aprovechar la fuerza de la gravedad durante todo el proceso de elaboración, las distancias de desplazamiento se minimizan y se evita el roce y el aumento de presión dentro de la tubería de vendimia, para evitar que la piel de la uva se desgarre y se triture.

Enfriamos rápidamente la uva, sin ninguna acción mecánica, en atmósfera inerte para protegerla de la oxidación. Después de la maceración descubamos con carros autovaciantes que trasladamos hasta una cinta que alimenta las prensas, evitando en todo momento la utilización de bombas

De esta manera obtenemos un vino de la prensa sin aspereza ni astringencia, que aporta estructura y complejidad aromática, perfecto para ser utilizado en el futuro coupage.

Un vino para andalucía

Se trata de un vino compatible con el estilo de vida y gastronomía de andalucía. Un vino que no pretende compararse con nadie. Diferente, único, sorprendente por sí mismo. Elaborado con mimo de principio a fin, con una supervisión permanente.

Nota de cata

Alta capa, brillante y de color cereza picota con tonos levemente morados. Afrutado, con notas de regaliz y de fruta roja madura. Alegre, vivo y de buena intensidad. Entrada amable, buen cuerpo con cierta consistencia, agradables taninos y un paso de boca muy franco. Se repiten los aromas encontrados en nariz.