Inspirado en el antiguo mundo Celta, de la unión de los mejores granos, de las más fértiles regiones inglesas, y del agua de manantial, pura y de mineralización suave, nace Druide.
Un vodka de aspecto cristalino y aroma suave, de sabor especiado y retrogusto agradable, duradero y ligeramente dulce.
Ideal para beberse solo, son hielo o en sofisticados cócteles, ideal para disfrutarse cuando se busca calidad.