LA RADLER MÁS CERVECERA
¿La cerveza con limón es cerveza? Ese era el reto, conseguir una mezcla equilibrada que combinase nuestra Ambar Especial de siempre con zumo de limón manteniendo toda la esencia de la cerveza y el frescor de la fruta.
Y si en una botella metíamos algo tan bueno, solo podía salir algo a la altura. Una alternativa cervecera ideal cuando el mercurio aprieta con 2,5% vol de alcohol.
Esta especialidad que parece fruto de una moda reciente no es sino uno de los estilos clásicos de cerveza. Ya lo mencionaba la escritora Lena Christ en 1912 en un libro de memorias, la radler nació fruto de la casualidad, o de la necesidad. Como casi todo lo que propicia el progreso.
Su nombre, por curioso que parezca, proviene de la manera coloquial de denominar en alemán a los ciclistas. Y es que tras la I Guerra Mundial Europa vivió un auténtico boom de la bicicleta, y hordas de ciclistas sedientos se desplazaban en grupo los fines de semana a pedalear y refrescar el gaznate tras el ejercicio. El hostelero Alemán Franz Xaver Kluger, que regentaba una pequeña taberna en Baviera, decidió mezclar la cerveza con limonada un día cuyas reservas cerveceras escaseaban. Lo llamó Radlermass. La mezcla lejos de espantar, sedujo a los ciclistas y pronto se popularizó en otros locales, otras ciudades, otros países… y cada cuál le aplicó su impronta.
Nosotros le llamamos Ambar Radler, y algún cervecero todavía reniega, mientras la pide discretamente en la zona más alejada de la barra del bar.